Un poeta tristísimo
Hay un poema sobre un lagarto encaramado a una valla. El poema dice hehehe pensabas que iba a llover, eh, lagarto. Sólo tengo las notas que tomé en el cuaderno azul. Me ha parecido una buena manera de decir hola porque es bonito y hay que cuidar de los animales.
Se me ha helado la sangre al ver en la ventanita emergente la notificación. A esta persona la enterramos ayer, he pensado al instante. No es que me enterase de su ausencia por conocidos, es que yo mismo estuve allí y le di el pésame a su madre, que estaba sentada muy quieta en una de esas sillas de polipiel con el móvil colgado sobre el pecho de un cordón, como si fuese la medalla de la Virgen del Carmen.
A veces, al modificar el perfil a su versión in memoriam el algoritmo lanza un mensaje automático para avisar a los contactos de que esa persona ya no está y que todo el lugar se ha convertido en una especie de monumento. Sin embargo, esto es un texto más o menos bien redactado que hace mención al libro que tengo en mi mesita y que Germán me prestó en uno de nuestros últimos encuentros, alegando que había sido como un soplo de aire fresco. Imagino que ha sido casualidad, que el mensaje estaría en algún tipo de limbo y ha saltado ahora por algún resorte digital que lo ha colocado aquí, justo delante de mis ojos. Aunque no son exactamente la clase de argumentos que hubiese esgrimido Germán para destacar unos versos.
La cosa no ha quedado ahí. Poco después ha aparecido la foto de Camus bailando, esa que nos hacía tanta gracia. No entiendo nada, me he refugiado en el mensaje que me entró antes de ayer a las once de la mañana: Es Germán, ha tenido un accidente.
Esta muerto, eso es bien seguro.
Me he metido en su perfil a ver los comentarios de pésame, abundan los que engrandecen y glorifican su persona como amigo, como artista. Están incluso los de aquella gente a la que estábamos de alguna manera enfrentados. Somos poetas, nos debemos a ciertas cosas y, aunque nunca hemos sido de naturaleza polémica, qué es la vida sin un poco de confrontación más menos bien llevada. Tampoco hay nada que se salga del marco general e incomode con imágenes grandilocuentes que hagan referencia a la vida del hombre, sólo textos contenidos y palabras de aliento lanzadas al vacío de internet. Imagino que cuando se posan, tienen el sonido de las rosas depositadas sobre su féretro.
Después de la foto de Camus, viene otra entrada reciente. El tiempo de publicación dice 2 minutos, lo que llevo indagando en el pésame de toda esta gente.
Muchas gracias a todos, me reconforta vuestro amor. y lo digo sinceramente.
Acompaña el texto con una canción, cosa muy extraña en Germán. Él siempre recitaba de memoria versos de Trakl aspirando a que en Wikipedia también se dijese de él que era un poeta tristísimo. Por eso le doy al play pasmado, sintiendo el peso de su ira antes de que comiencen los primeros acordes de With or Without You.
Detestamos a Bono, como es comprensible.
Mira, Germán, yo no sé cómo parar esto, digo para mí dando vueltas en la cocina. Es lo último que puedo hacer pero me siento sobrepasado y su perfil no deja de vomitar estados: una receta de pestiños, el remedio para sacar el olor a pies de las zapatillas de deporte.
Pruebo a contestarle con Hölderlin, por si esto surtiera el efecto de un placebo y el fantasma que ha tomado su lugar se aviniese a la lógica:
Si desde lejos, aunque separados.
Me reconoces todavía, y el pasado,
—¡Oh tú, partícipe de mis penas!—
Significa algo hermoso para ti
Pero el reverso de Germán me contesta con uno de esos montajes con estrellas y un horizonte que reza Buenas noches, bendiciones. Hora de apagar las luces y encender los sueños.
No puedo más. Germán debe estar revolviéndose en su tumba. Todos los contactos de su cuenta están asistiendo a esta degradación digital que ha comenzado con el retal del poema del lagarto del que hablamos el último día. Yo quisiera recordarlo así, asumiendo lo inesperado, pero el espíritu que ha tomado su cuenta quiere dejar claro que ahora las cosas son de otra manera.
Unas alubias con chorizo. Una viñeta con un chiste sobre un guardia civil.
Abro la ventana para escribirle un mensaje privado. Acaso no es suficiente con perder a esta persona. Nunca pensé que debería confrontar a su fantasma, sentarle y cantarle las cuarenta por ensuciar la memoria de mi amigo.
Escribo Oh, cómo se hunde todo en lo oscuro.
Y espero que Germán tome el relevo y complete los versos y me dé algún tipo de explicación. Los dedos fantasmas de Germán escriben, se pausan, hay un tiempo de titubeo que me tritura por completo los nervios. Aparece un mensaje que nada tiene que ver con la imagen del poeta que le he lanzado a modo de cebo:
Nacho, ven a comer a casa algún día. Yo siempre te he tenido cariño porque Germán te quería mucho y mucho tiempo. Me puedes contar tus cosas de poeta. a la gente le gusta ver a Germán y yo me siento mejor menos triste.
Cierro la ventana, no le contesto. Dejo de seguir a Germán.
Las alubias con chorizo siempre me han dado gases.
Alec Soth (1969) dice que la fotografía es como la poesía, un arte de la limitación: tanto o más importante es lo que nos queda fuera de plano. En una clase a la que acudió impartida por Sternfeld, este mostró a los asistentes la furgoneta con la que había recorrido Estados Unidos. El vehículo era la verdadera máquina del proyecto, en él se condensada la idea principal. Soth supo de inmediato lo que tenía que hacer. La delicadeza de estos cisnes de toalla en el primer motel donde descansó, demuestran que la idea había sido mucho más que correcta, era lo único que podía hacer.
🌾Un evento inminente: Esta tarde en Tipos Infames, a las 19:00, Roque Larraquy estará charlando con Weldon Penderton entre vinos. Larraquy es autor de La Comemadre (Fulgencio Pimentel, 2022): 1907. Un sanatorio en la periferia de Buenos Aires. Un joven doctor se embarca junto a sus colegas en una serie de experimentos que pretenden arañar el velo que separa la vida de la muerte. En el proceso, descubre la pasión en la persona de la jefa de enfermeras. Algo más de un siglo más tarde, en 2009, un artista consagrado en busca del tránsito estético definitivo desgrana las circunstancias que lo condujeron hasta aquí. En su órbita, dos figuras problemáticas: el doble y el primer amor.
🌿Un evento por venir: El colectivo Hostia Un Libro vuelve este sábado al Reina Sofía con una nueva edición de Mirar de Cerca, y esta vez parece que no están solos: Si sucede algo extraño en tu biblioteca, ¿a quién vas a llamar? Pues a los Catalogafantasmas, está claro.
Ahora Desquiciario es un fanzine de tirada exclusiva por iniciativa de Pedro Toro, con diseño de Jabi Medina. También puede ser tuyo, sólo escríbeme.
Gracias por leer 🌪️